
Centrándonos en "Los demonios de Berlín", hay que decir que, al lector apasionado por ciertos momentos estelares de la historia ya no tan reciente de Europa, no le dejará indiferente la habilidad del autor para enlazar momentos o circunstancias históricas relativamente conocidas, aunque bastantes detalles concretos hayan podido permanecer hasta la actualidad en una oscuridad que alimenta cábalas y debates aún vigentes, como es el caso de la batalla de Berlín y el hundimiento del régimen de Hitler. En esta obra, el protagonista se encuentra en Berlín, durante las últimas semanas del cerco soviético en abril de 1945. Recibe el encargo, en medio de la descomposición de las estructuras del poder nazi, de investigar el asesinato de un científico que trabajaba en el programa nuclear alemán. Como en los casos anteriores, el núcleo temático es un misterio que deberá resolver este particular e imprevisto investigador y que se presentará repleto de obstáculos y riesgos personales, pistas oscuras y truculencias dignas del folletín o del bestseller actual. Es destacable la habilidad del novelista para la creación de ambientes, paisajes y caracteres: la descripción de Berlín desmoronándose bajo los continuos bombardeos soviéticos y americanos constituye el marco en que se desenvuelven Andrade y algunos otros españoles de la División Azul como “Manolete”, junto con dirigentes policiales y de las SS alemanes como el comisario Krappe -estupendo personaje lleno de matices y ambigüedades-, además de numerosos personajes relacionados con la trama principal -el embajador español Maciá, la enigmática y fascinante frau Volkova, el facineroso Fanjul, etc.-, bien definidos, aunque con cierto exceso de dependencia de modelos cinematográficos.
El autor es capaz de transponer al lector a la vida difícil y precaria en Berlín, los bombardeos de la artillería y la aviación, la continua y detallada destrucción de edificios, junto con las calles repletas de cadáveres: un sobrecogedor ambiente en el que Andrade deberá cumplir con su misión y aclarar el misterio de la muerte del científico Ewald von Kleist, relacionado con una extraña organización secreta –que, por otra parte, existió y sirvió como embrión a la ideología y al partido nazi, lo mismo que el extrañísimo personaje que la lidera- cuyas claves se explicarán casi al final de la obra y que enlaza "Los demonios de Berlín" con la literatura popular orientada al bestseller que siempre ha logrado mantenerse de moda.